martes, 12 de mayo de 2009

Quiero escribir un poema que al leer Den ganas de llorar, También que den ganas de reír a carcajadas… Que al leer provoque recordar todo sin interrupción. Que al leerlo tengamos imágenes De un paisaje claro como el del amanecer, Pero también existan imágenes de lugares oscuros Sin mucho que observar en el… Que al leer comprendamos que esta es la mezcla Natural de la vida… Una porción de alegría Con una pizca de tristeza Un tanto de misterio único… El resultado de la receta eres tú…
No se que es lo que sucede, he esperado toda mi existencia para estar con alguien como tu... y hoy de pronto creo que te estoy perdiendo. Si tu en realidad sientes algo puedes irte, no te pienso retener, no me importa el gran sufrimiento que signifique el perderte, el saber que jamas volveré a oler tu aroma tan penetrante y exquisito, sufriré cuando no vuelva a ver esos ojos que no reflejan mas que vida... ganas de vivir. Peleare por ti, hasta donde puede llegar, pero si tu decides marcharte, no volverás a saber de mi, me iré tan lejos posible para por lo menos hacer que este dolor disminuya de alguna manera posible. Piensalo, no te presionare, solo tienes que recordar que te amo mas que a mi propia existencia...
Si el tiempo se retorciera sobre su eje llorarían los pájaros, tal vez pararían los compañeros. Un abrazo suave. Y después…pausa. Una pausa fría. Pausada. Sábado, nada había cambiado, tal vez solo hubiera ceniza pero continuaba como el lunes. Gacelas pausadas. Algo comienza a girar sobre su eje, vida y mañana se oponen. Puede que hoy se pare así que sacude tus zapatillas ¡huye!, ¡espera!. Pausa. Mañana será domingo y, ¿después?. Fuera martes-tal vez miércoles- y las gacelas corrieran, un libro con las páginas arrancadas teme a la pausa. Sombra de una pausa avanzando. ¿Preguntarse por el tiempo?, vaya estupidez. Los muertos de todos los tiempos sobre la curva sueltan espumarajos de rabia por el tiempo perdido. Un reloj marca el tiempo en pausa. Quemaduras de tiempo en la piel. Tiempo de pausa que se muere. Pausa aguerrida, indecisa, temblorosa, final.

el uniko y gran dictador

Realmente lo siento, pero no aspiro a ser emperador. Eso no es para mí. No pretendo regentar, ni conquistar nada de nada. Me gustaría ayudar en lo posible a cristianos y judíos, negros y blancos. Todos tenemos el deseo de ayudarnos mutuamente. La gente civilizada es así. Queremos vivir de nuestra dicha mutua...no de nuestra mutua desdicha. No queremos despreciarnos y odiarnos mutuamente.

En este mundo hay sitio para todos. Y la buena tierra es rica y puede garantizar la subsistencia de todos. El camino de la vida puede ser libre y magnífico, pero hemos perdido ese camino. La voracidad ha envenenado el alma de los hombres, ha rodeado el mundo con un círculo de odio y nos ha hecho entrar marcando el paso de la oca en la miseria y en la sangre. Hemos mejorado la velocidad pero somos esclavos de ella. La mecanización que trae consigo la abundancia nos ha alejado del deseo. Nuestra ciencia nos ha vuelto cínicos. Nuestra inteligencia duros y brutales. Pensamos en exceso y no sentimos bastante. Tenemos más necesidad de espíritu humanitario que de mecanización.

Necesitamos más la amabilidad y la cortesía que la inteligencia. Sin estas cualidades la vida solo puede ser violenta y todo estará perdido. La aviación y la radio nos han acercado los unos a los otros. La naturaleza misma de estos inventos requería la bondad del hombre y reclamaba una fraternidad universal para la unión de todos.

En este momento mi voz llega a miles de seres esparcidos por el mundo. A aquellos que puedan comprenderle les digo: no desesperéis, la desgracia que ha caído sobre nosotros no es más que el resultado de un apetito feroz, de la amargura de unos hombres que temen el camino del progreso humano. El odio de los hombres pasará y los dictadores perecerán, y el poder que han usurpado al pueblo volverá al pueblo. ¡Y mientras existan hombres que sepan morir, la libertad no podrá perecer! Soldados, no os entreguéis a esos brutos...hombres que os desprecian y os tratan como esclavos, hombres que regimientan vuestras vidas, imponen vuestros actos, vuestros pensamientos y vuestros sentimientos; que os amaestran, os hacen ayunar, os tratan como ganado y ¡os utilizan como carne de cañón!.No os pongáis en manos de esos hombres contra natura, de esos hombres-máquina con corazones de máquina. ¡Vosotros no sois máquinas!¡Vosotros no sois ganado!¡Vosotros sois hombres!¡Vosotros lleváis el amor de la humanidad en vuestros corazones! No odiéis. Sólo los que no son amados odian. Los que no son amados y los anormales....Soldados, ¡no combatáis por la esclavitud! Combatid por la libertad. En el capítulo 17 del evangelio según San Lucas está escrito: "El reino de Dios está en el hombre mismo". No en un solo hombre, ni en un grupo de hombres, ¡en todos los hombres! Y ¡vosotros! Vosotros, el pueblo tenéis el poder para crear máquinas. El poder para crear la felicidad.

Vosotros el pueblo tenéis el poder para crear esa vida libre y espléndida...para hacer de esa vida una radiante aventura. Entonces, en nombre de la democracia, utilicemos ese poder...¡unámonos todos! Luchemos por un nuevo mundo, un mundo limpio que ofrezca a todos la posibilidad de trabajar, que de a la juventud un porvenir y resguarde a los ancianos de la necesidad, prometiendo estas cosas gente ambiciosa se ha hecho con el poder, pero ¡han mentido! No han mantenido sus promesas, ¡ni las mantendrán jamás! Los dictadores se han liberado pero han domesticado al pueblo. Combatamos ahora para que se cumpla esa promesa. Combatamos por un mundo equilibrado...un mundo de ciencia en el que el Progreso lleve a todos a la felicidad. ¡Soldados! en nombre de la democracia, ¡unámonos!