martes, 12 de mayo de 2009

Si el tiempo se retorciera sobre su eje llorarían los pájaros, tal vez pararían los compañeros. Un abrazo suave. Y después…pausa. Una pausa fría. Pausada. Sábado, nada había cambiado, tal vez solo hubiera ceniza pero continuaba como el lunes. Gacelas pausadas. Algo comienza a girar sobre su eje, vida y mañana se oponen. Puede que hoy se pare así que sacude tus zapatillas ¡huye!, ¡espera!. Pausa. Mañana será domingo y, ¿después?. Fuera martes-tal vez miércoles- y las gacelas corrieran, un libro con las páginas arrancadas teme a la pausa. Sombra de una pausa avanzando. ¿Preguntarse por el tiempo?, vaya estupidez. Los muertos de todos los tiempos sobre la curva sueltan espumarajos de rabia por el tiempo perdido. Un reloj marca el tiempo en pausa. Quemaduras de tiempo en la piel. Tiempo de pausa que se muere. Pausa aguerrida, indecisa, temblorosa, final.

No hay comentarios: